martes, 15 de mayo de 2007

La habitación de hotel


Una Habitación de hotel, maletas sin deshacer, paredes desnudas y una mujer que lee una carta sentada en la cama que nadie compartirá con ella. Soledad. Los zapatos de tacón negro en la moqueta verde, el sombrero sobre la cómoda. El viaje es largo, no es la primera noche que pasa sola en una impersonal habitación de hotel. Ni será la última. Apenas le consuela saber que muchos, antes que ella, han rumiado su soledad en ese mismo espacio, como muchos otros lo estarán haciendo, en ese instante, en los innumerables habitáculos que hay dispersos en el camino. “Todos estamos solos, pero solo algunos lo sabemos; los que viven soledades acompañadas se engañan”, piensa, pero en realidad le gustaría tener a alguien con quien compartir su viaje. Un alma solitaria, un espíritu libre, como el suyo, acostumbrado a deambular por andenes, vagones de tren y habitaciones de hotel. Unos ojos vacíos, como los suyos, en los que fijar su mirada y encontrar comprensión. Pero lo cierto es que está sola, en la habitación no hay nadie más que ella.

1 comentario:

Maggie Margot dijo...

Muchas veces me gustaría ser ese personaje de espíritu libre...dentro mío quizás existe...pero preciso la calidez del hogar acompañada...qué le vamos a hacer!!! Felicitaciones por tu blog! lo vi en Cartasdesdegroenlandia y quise empezar por la primera entrada....suena interesantísimo y peculiar!!!